INSIDENCIAS EN UN BAR

Hoy hubo partido de futbol entre Perú y Uruguay; en el que, como ya es costumbre: “JUGAMOS COMO NUNCA Y PERDIMOS COMO SIEMPRE” (2 – 0), pero aun así y a pesar de toda predicción en contra, quise ir a ver el partido en un buen ambiente deportivo, por lo que decidimos junto a mis hermanos ir a verlo a un bar en un conocido centro comercial, y mientras iniciaba el partido, una pareja se sentó en la mesa más cercana a mí, al punto “intentaba” no escuchar su conversación para prestar atención al emocionante partido…

Con forme avanzaba el partido, yo renegaba en contra de los futbolistas y comentarios de mis hermanos sobre el partido, justo cuando el comentario: “eso es falta ¿no amor?” definitivamente me desconcentro del partido para iniciar mi búsqueda por la persona responsable de tal atroz comentario, cuando de pronto mi vista periférica observó a la señora de la mesa de al lado intentando comentar el partido con sus acertadísimas preguntas a su esposo y continuaba con “¿eso debió ser tarjeta, no amor?”…

Y es que, si bien es cierto, en mi mesa éramos, mi hermana, mi hermano y yo, el bar estaba ocupado en un 95% por machos futbolísticos, de los que, sí estaban acompañados, estaban aún más concentrados en el partido, llegando al punto del no retorno del que tanto se quejan las mujeres, “ignorar cualquier cosa que no sea el partido”, y no es que las ignoren porque las mujeres sean cosas, pero es que hay cada mujer con cada pregunta durante el fútbol...

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LA VIDA EN TACO AGUJA...

Hoy tuve una gran revelación!!!
Mientras esperaba el bus en el paradero cerca a un centro comercial, vi a dos señoras muy amigas, por la corporalidad de su trato, hecho cotidiano que no he de llamar la atención de nadie hasta que me percate que una de ellas llevaba un par de zapatos en la mano mientras caminaba descalza por la acera y continuaba su conversación a risotadas con su compañera…
Primero me sorprendió, hasta que asimile la escena; luego me causo gracia el simple hecho que ni a la amiga, ni a la señora descalza les molestara o avergonzara el hecho de que una caminara por la calle sin zapatos... y finalmente pude entenderla, y es que las mujeres y la confianza que tenemos unas en las otras, en nosotras mismas y especialmente en nuestras amigas puede verse forzada a probarse cuando la vida en zapatos de taco nos obliga a desear quitarnos los zapatos y andar descalzas por la vida...
Y es que la mayoría de nosotras preferimos andar por la vida sufriendo en tacos sin importar la tortura y las consecuencias que estos nos puedan ocasionar, con la única y firme intención (esperanza y convicción) de vernos más altas, esbeltas y hasta; que se nos levante un poquito la cola para sentirnos las mujeres más sexys del mundo...
TODO POR ANDAR POR LA VIDA EN TACO AGUJA...

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